Acusada: el lado B del universo judicial

Por: Agostina Viola

La película cuenta la historia de Dolores Dreier, quien vive la vida de una joven estudiante normal hasta que su amiga más cercana es brutalmente asesinada. Dos años después, ella es la única acusada por el crimen y todo el mundo se debate por su culpabilidad o inocencia.

Acusada busca durante 108 minutos ser un thriller distinto que crea por un lado un clima de tensión y por el otro la resolución del caso que define a los personajes y la columna narrativa.

Dolores Dreier (Lali Espósito) es la única acusada del crimen de Camila Nieves, su mejor amiga. Dos años después del suceso la joven debe enfrentar el juicio oral y público donde se definirá su destino. Durante todo el film el personaje principal transita una dualidad: Dolores persona y Dolores personaje.

Dolores persona: Se muestra suelta y tranquila . No tiene muchos amigos pero en los momentos en los que comparte con ellos, sobre todo con su mejor amiga Flo (Martina Campos), su cuerpo respira y gana frescura. Casi no sonríe y habla muy poco pero en su mirada hay un pequeño brillo que denota esperanza.

Dolores personaje: Coacheada por Ignacio Larocca (Daniel Fanego), uno de los abogados más prestigiosos de la ciudad de Buenos Aires, Dolores se ve sujeta a un libreto del que no puede salirse. Cualquier error podría convertirla en culpable. Casi sin expresiones en su rostro, fría y con movimientos lentos, la joven se muestra como si fuera de porcelana. Su mirada se apaga y se torna opaca.

Imagen de la película - Foto: Diario 26.

Dos personajes claves en el relato: Luis Dreier (Leonardo Sbaraglia), padre de Dolores, un hombre que se desvive por su hija pero que a la vez no logra despojarla de culpa por todo lo que está sucediendo en esa familia. Con una mirada de amor y de enojo deposita en ella la presión de seguir al pie de la letra lo acordado con el abogado para que la declaren inocente.

Betina Dreier (Inés Estévez), es madre de Dolores, una mujer muy prolija y amorosa. Protege a su hija hasta en los momentos más impensados y es para la joven un refugio donde se siente protegida. A diferencia de Luis, Betina acaricia a su hija con palabras suaves que se reflejan en su mirada.

La dualidad caracteriza a esta película, está presente en la mayoría de los personajes e incluso en la trama. El suspenso y ese juego con la culpabilidad o inocencia de Dolores es lo que mantiene la atención y genera en el espectador una sensación de empatía.

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